1. Puedo concentrarme en un entorno con mucho ruido.
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2. Cuando me encuentro en una situación en la que ocurren muchas cosas y es mucha la
estimulación sensorial como, por ejemplo, en una fiesta o entre el gentío en un
aeropuerto, no pierdo el hilo de mis pensamientos sobre una cosa particular que veo.
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3. Si decido centrar mi atención en una tarea particular, considero que puedo seguir
centrado en ella en estos ambientes.
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4. Si estoy en casa tratando de trabajar, los ruidos del televisor o de otras personas me
distraen mucho.
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5. Considero que si me siento tranquilamente un momento, una avalancha de
pensamientos entran en mi mente y acabo siguiendo múltiples hilos de pensamientos, a
menudo sin saber cómo empezaba cada uno de ellos.
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6. Si un acontecimiento inesperado me distrae, vuelvo a centrar mi atención en lo que
estaba haciendo.
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7. Durante periodos de relativa tranquilidad, como por ejemplo cuando estoy sentado en
el tren o en el autobús o haciendo cola en una tienda, me fijo en multitud de cosas que
tengo a mi alrededor.
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8. Cuando un proyecto importante que debo hacer en solitario requiere de mí una
atención plena y centrada, procuro trabajar en el lugar más tranquilo que puedo
encontrar.
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9. Los estímulos y sucesos que se producen a mi alrededor tienden a captar mi atención,
y cuando esto sucede me resulta difícil desconectarme.
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10. Tengo cierta facilidad para hablar con otra persona en una situación en la que hay
mucha gente como un cóctel o un cubículo en la oficina. Puedo desconectar de lo que
otros dicen en un entorno con mucha gente, aunque si me concentro puedo entender lo
que dicen.
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